sábado, 29 de marzo de 2008

Adiós

No hace falta explicar este poema, puedo decir que me calza a la perfección. Saber que todo acabó mas querer retrasar esa separación. Uno cree poder recuperar las cosas, pero cuando cambian, todo es en vano.



Adiós (Paul Géraldy)

Adiós, pues. ¿Nada olvidas? Está bien. Puedes irte.
Ya nada más debemos decirnos... ¿Para qué?
Te dejo. Partir puedes. Pero aguarda un momento...
está lloviendo. Espera que deje de llover.

Abrígate. Está haciendo mucho frío en la calle.
Ponte capa de invierno. Y abrígate muy bien.
¿Todo te lo he devuelto? ¿Nada tuyo me queda?
¿Tu retrato te llevas y tus cartas también?

Por última vez mírame. Vamos a separarnos.
Óyeme. No lloremos, pues necedad sería...
¡Y qué esfuerzo debemos los dos hacer ahora
para ser lo que fuimos... lo que fuimos un día!

Se habían nuestras almas tan bien compenetrado,
y hoy de nuevo su vida cada cual ha tomado.
Con un distinto nombre por senda aparte iremos,
a errar, a vivir solos... Sin duda sufriremos.

Sufriremos un tiempo. Después vendrá el olvido,
lo solo que perdona. Tú, de mí desunida,
serás lo que antes fuiste. Yo, lo que antes he sido...
Dos distintas personas seremos en la vida.

Vas a entrar desde ahora por siempre en mi pasado;
tal vez nos encontremos en la calle algún día.
Te veré desde lejos con aire descuidado,
y llevarás un traje que no te conocía.

Después pasarán meses sin que te vea. En tanto,
habrán de hablarte amigos de mí. Yo bien lo sé;
y cuando en mi presencia te recuerden, encanto
que fuiste de mi vida, «¿Cómo está?» les diré.

Y qué grandes creímos nuestros dos corazones,
¡y qué pequeños! ¡Cómo nos quisimos tú y yo!
¿Recuerdas otros días? ¡Qué gratas ilusiones!
Y mira en lo que ahora nuestra pasión quedó.

Y nosotros, lo mismo que los demás mortales,
en promesas ardientes de eterno amor creyendo.
¡Verdad que humilla! ¿Todos somos acaso iguales?
¿Somos como los otros? Mira, sigue lloviendo.

Quédate. ¡Ven! No escampa. Y en la calle hace frío.
Quizá nos entendamos. Yo no sé de qué modo.
Aunque han cambiado tanto tu corazón y el mío,
tal vez al fin digamos: «¡No está perdido todo!»

Hagamos lo posible. Que acabe este desvío.
Vencer nuestras costumbres es inútil. ¿Verdad?
¡Ven, siéntate! A mi lado recobrarás tu hastío,
y volverá a tu lado mi triste soledad.

jueves, 13 de marzo de 2008

Farewell

Nace un blog de poemas y pensamientos. La poesía siempre me ha maravillado: he podido emocionarme hasta las lágrimas con un poema y muchos de ellos han marcado mi infancia.

Me gustaría empezar este nuevo sitio de desahogo con un chileno: Pablo Neruda. No me declaro admiradora incondicional pero hay varias poesías suyas que han tocado fibras de mi alma y me han hecho desear vivir aventuras y fantasías similares a las que describe, independientes de si éstas son felices o tristes.

El siguiente poema se titula "Farewell" pero no voy a escribir todo el poema sino que pondré sólo sus últimos versos. Son pocos pero han sido muy precisos y ciertos, sobretodo en este último tiempo donde la tristeza, el rencor, la tranquilidad, la esperanza y la alegría han sido elementos cotidianos y casi esenciales de mis días.


Farewell (extracto)

(...)
"Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya, llevaré tu mirada,
y hacia donde camines, llevarás mi dolor.
Fui tuya, fuiste mío. ¿Qué más? Junto hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuya, fuiste mío. Tú será de la que te ame,
de la que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste; pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia donde voy.
... Desde tu corazón me dice dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós."


Esta poesía me la "presentó" en el colegio una de mis mejores amigas, una amiga poeta, que escribe maravilloso y que espero que pronto publique su pequeño libro de poemas, como alguna vez lo quisiera su abuelo. Gracias amiga por ayudarme a retomar mi amor por la poesía.

Hoy quise empezar con este poema para poder cerrar un tema "pendiente"...

Ahora queda esperar...