martes, 23 de diciembre de 2008

Adicciones...

Cómo explicar todo lo que me está pasando...

Tengo una mezcolanza tan grande y variada dentro de mí que no sé por donde empezar, intentaré buscar un principio para esto.

Siento tanta, pero TANTA decepción... siento ingratitud, siento mal agradecimiento, siento deslealtad... me siento estúpida como cuando a uno lo engañan una y mil veces bajo tus propias narices sin darse cuenta, o en realidad probablemente haciéndose la que no nota nada...

No hay peor ciego que el que no quiere ver...

Eso me sucedió antes y ahora estoy pagando las consecuencias.

Tengo deseos de matar... de matar cualquier sentimiento restante que me queda... esos que me queman la garganta cada vez que tengo pena... esos que corroen mis ojos hasta hacerlos llorar... esos que perforan el alma con cada recuerdo... esos que ya no vale la pena tener.

Sé que esos recuerdos, en todo caso, son sólo eso... porque la realidad es tan distinta. Cuando siento pena, es por la nostalgia, porque echo de menos tantas cosas, tantas caricias, tanta compañía...

La soledad es horrible, es desesperante, dan ganas de morir, a pesar de que siempre te dicen que jamás estarás sola... hay momentos que la gente no te puede otorgar la compañía ansiada...

Y es eso lo que ansío, la compañía que se desvaneció. No sé donde está, se esfumó de repente, no he podido encontrarla, ni siquiera donde la hallé por primera vez... simplemente no está.

No sé por qué me dejó, no sé si me cambió, no sé si se extinguió, no sé si murió o sólo se escondió porque ya no quiere estar más acá. Lo único que sé es que me volví adicta a ella y ahora me dejó y me siento como una drogadicta en abstinencia.

Padezco los mismos síntomas. Primero no quería reconocer que no estaba, que me había dejado. Yo seguía pensando que estaba ahí, que lo que tenía en ese momento era LA compañía de siempre, a pesar que no sabía a la de siempre, ese sabor dulce y fresco, reconfortante. Tenía un dejo de amargura, me pregunto qué sentimiento sabe amargo... ¿el desamor?

Luego cuando acepté que ya había desaparecido, vino la dura etapa de asumirlo... de decir que soy adicta a algo que no está y que lo que estaba, era una ilusión. Fue el momento de aterrizar... forzosamente debo decir. Dolió el costalazo, pero más duele lo siguiente.

Abstinencia: Hay días en que se está muy bien. que uno piensa: vaya, no era tan difícil después de todo. Pero hay recaídas... y esas son las pruebas de fuego. No hay que recaer, no más... es hora de ser fuerte y decir: esa compañía no hace bien, no vas a recobrar la ansiada, la del pasado, aquella que se fue para no volver. Deja de ilusionarte que hace mal. A veces dan ganas de recaer, de sentir por una vez una pizca de aquello que sentiste, aunque sean vagamente similares, el solo hecho de saber que estuvo, reconforta. Pero es como cuando uno bebe agua de mar cuando tiene sed... al final todo sale peor.

Estoy en la abstinencia, tengo días de crisis, días de rabia, días de odio y días de nostalgia. He llorado hasta la deshidratación y aún no logro avanzar nada... o quizá sí lo he hecho y aún no me doy cuenta.

Sólo espero que este período no dure mucho y que pronto esa compañía que me rehuye la pueda encontrar, en cualquier sitio, hora y momento.. estaré alerta, querida compañía escurridiza. Sólo te pido que no demores, porque te necesito.

No me dejes sola tanto tiempo, necesito de tí... apresúrate.

PD: Hoy no hay poesía... ni palabras divinas...